VUELTA Y REVUELTA
Círculos
viciosos
Hay veces en las que
sin querer, queriendo, sin darnos cuenta o de manera consciente nos vemos
envueltos en situaciones que nos rodean, nos acorralan y nos enredan. Y muchas
de esas ocasiones nos sentimos como empaquetados, a modo de mailboxesetc, con un embalaje a
nuestra medida exacta que no nos deja movernos y rodeados además mil pompitas
de aire plastificado de embalar. Y a veces, quisieras romper y aplastar esas
pompas como cuando eras pequeño y podías pasar horas reventándolas una a una o
retorciendo el plástico para escuchar ese sonido tan característico del
estallido de mil pompitas, a la vez para hacerte un poco de hueco en la caja, y
poder moverte aunque sea un poco y respirar. Y otras, te dejas acariciar y te
acurrucas en ese embalaje protector porque prefieres el agobio y la opresión a
la indefensión de la movilidad y la libertad.
Porque es complicado
cambiar y mutar las situaciones no solo porque las circunstancias dificulten
estos cambios, sino porque nosotros acentuamos estas dificultades. Y porque,
seamos realistas, la pasividad es cómoda. No hay conflictos, no hay
complicaciones, no hay interferencias. Eres tú y tu circunstancia sin más
intención de cambiarla. Porque hay que ser valientes y no siempre lo somos.
Además, el papel de
víctima es también muy cómodo. La impotencia irreal, la frustración irreal, las
carencias irreales, las deficiencias irreales... todas te crean un aura de
debilidad que hace que muchos quieran ayudarte. Pero más que eso, quizás se
compadezcan de tí.
Y cuánto tiempo me
pregunto, eres capaz de vivir así, alimentando tu pasividad de lástima y
conmiseración. Cuánto tiempo puede uno vivir dentro de su caja, acomodado sin
hacer explotar las millones de burbujas de aire que lo rodean de la rabia de no
poder moverse desde hace siglos.
¿Cuánto tiempo vas a
tardar en coger las riendas de tu vida?
No hay comentarios:
Publicar un comentario